Los datos demuestran cómo se está produciendo un incremento en el número y naturaleza de ciberataques, intrusiones y exposiciones indeseadas.

Los mecanismos de defensa que las empresas deben implementar han de evolucionar de forma paralela, mejorando las medidas de protección que eviten las intrusiones y adoptando las últimas capacidades HW a nivel de servidor y almacenamiento para proteger la información.

Para que esta protección sea lo más efectiva posible no basta únicamente con proteger el dato, sino que además se debe extender esta protección a la lógica de las aplicaciones, mejorando de esta forma la seguridad ante intentos de intrusión o instalación de malware.

Esta última línea de defensa es esencial cuando todo lo demás falla. Existen infraestructuras IT que presentan capacidades específicas con las que minimizar las consecuencias no deseadas de una intrusión. Son las infraestructuras IT ciberesilientes.